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E Busto y col. Experiencia inicial con cirugía transoral robóꢁca . Rev Argent Cirug 2020; 112(2):141-156
Discusión en la Academia Argenꢀna de Cirugía
Pedro A. Saco: Creo que es muy importante el aporte de los
autores con esta técnica, en realidad con esta herramienta,
que en los úlꢀmos años se considera de gran uꢀlidad en el
área de la cabeza y el cuello. En lo referente a los tumores
malignos, que en la serie de los autores abarca casi la mitad
de los pacientes que trataron, tal vez la ventaja más impor-
tante sea ofrecer un tratamiento unimodal, es decir, una sola
herramienta de tratamiento les permite, especialmente en
los tumores de orofaringe, evitar secuelas o complicaciones
propias de los tratamientos bimodales, como son las combi-
naciones de quimio-radioterapia.
niendo un porcentaje de margen negaꢀvo más alto que con
otros métodos quirúrgicos, abiertos o transoral láser.
Con respecto al vaciamiento de cuello, ¿por qué hacerlo an-
tes? Esta tácꢀca fue propiciada por G. Weinstein, de la Univer-
sidad de Pensilvania. En los inicios consideraron más segura la
ligadura previa (realizada durante el vaciamiento cervical) de
las arterias facial, lingual y faríngea ascendente, para prevenir
el sangrado intraoperatorio o posoperatorio inmediato.
En tumores que se exꢀendan al espacio parafaríngeo, reali-
zar la intervención en un mismo ꢀempo significaría un mayor
riesgo de ꢃstula, o requeriría la reconstrucción faríngea en el
mismo acto operatorio. En la actualidad, cuando Weinstein
está operando T4A, a esos pacientes se les realiza en el mis-
mo acto quirúrgico el vaciamiento cervical, la cirugía transo-
ral (que evita la mandibulotomía), y se les coloca un colgajo
libre revascularizado. Todo se hace en un solo procedimiento.
En esta experiencia inicial conꢀnuamos realizando el vacia-
miento dos semanas antes, para el control de los pedículos
vasculares. Durante la TORS se observa la arteria lingual; con
la acumulación de casos operados se aprende a idenꢀficarla
cuando todavía está cubierta por una fina capa de tejidos, lo
que permite alertar al ayudante, que es quien colocará los
clips vasculares (no menos de 5 a cada lado), para seccionar
el vaso con el monopolar.
Eso en la medida en que uno pueda hacer resecciones con
márgenes negaꢀvos, que no haya invasión perineural o que
no haya ganglios con invasión extraganglionar.
Por eso quería preguntarles a los autores, primero, cuál era el
T de los tumores que trataron, porque, en general, las mejores
ventajas se obꢀenen con tumores más bien chicos y que no
requieren reconstrucción; y, segundo, cómo fueron los már-
genes de resección. Porque no veo que en el trabajo hayan
mencionado el estado de los márgenes y si tuvieron pacien-
tes a quienes debieron agregarles radioterapia posoperatoria,
porque, cuando uno ꢀene que agregar un tratamiento más,
deja de tener la ventaja de ser un tratamiento unimodal.
Quiero preguntar, además, por qué la necesidad de hacer
vaciamientos cervicales dos o tres semanas previas a la resec-
ción con el robot, cuando eventualmente pueden hacerse en
simultáneo, como lo hacemos en el caso de resecciones con
láser. Muchas gracias.
Eduardo Busto: Muchas gracias por las preguntas. Con res-
pecto a la categoría T, tratamos pacientes T1 o T2. No fue
objeꢀvo del trabajo presentado, como tampoco se conside-
ró la evolución, porque la muestra es pequeña y el ꢀempo
no es suficiente como para evaluar tratamiento oncológico.
Previamente querría comentar que la aprobación del empleo
del robot por la FDA (de los Estados Unidos) se produjo en el
año 2009, exclusivamente para T1 y T2. A medida que se fue
adquiriendo experiencia en la técnica, el grupo de la Universi-
dad de Pensilvania con Weinstein y Oalley está operando
incluso T4A con el robot. En la serie presentada hemos opera-
do exclusivamente T1 y T2. Estamos haciendo nuestra expe-
riencia inicial, por eso en esta etapa no consideramos uꢀlizar
esta nueva herramienta para operar tumores avanzados.
Con respecto a los márgenes, tampoco fue el objeꢀvo de este
trabajo, con una población limitada a 12 pacientes con tumo-
res malignos. Con el incremento de los pacientes operados
vamos a poder evaluar esa variable.
Lo que me interesa remarcar es que, mediante la técnica ro-
bóꢀca, se cumple el precepto oncológico de la resección en
bloque; en la cirugía podemos observar los límites del tumor
y darle el margen necesario, porque lo estamos viendo como
si estuviéramos sentados dentro del paciente, con visión am-
pliada y en 3D. Se trabaja con muchos aumentos, lo que nos
permite ver la diferencia entre tejido sano y tejido tumoral.
Pintamos el fondo con colorante, que es el mismo que uꢀli-
zamos para marcar los bordes de la pieza. Con el patólogo se
analizan los márgenes, para ampliar en ese mismo momento
la exéresis en caso de margen compromeꢀdo o escaso. No
somos parꢀdarios de indicar tratamiento radiante para sub-
sanar un margen escaso o compromeꢀdo.
Manuel R. Montesinos: Evidentemente es una importante y
muy úꢀl herramienta. Es bienvenido que el trabajo sea leí-
do acá en la Academia, creo que es la primera comunicación
que se hace en la Argenꢀna sobre este tema, y que segura-
mente se seguirá desarrollando con el ꢀempo. Seguramente
también la baja tasa de complicaciones ha sido el resultado
de una cuidadosa elección de los casos, porque como en
toda técnica inicial, uno cuida mucho los casos. Cuando uno
se siente más confiado por ahí elige un caso más avanzado y
es cuando empiezan a aparecer las complicaciones, como en
otras series más numerosas. La verdad es que la mayoría de
las preguntas ya fueron contestadas antes por el doctor Gon-
zález Aguilar y la pregunta del doctor Sacco.
Dos preguntas: una es cuánto es el ꢀempo operatorio que le
demanda la cirugía, y la otra es lógicamente el costo, porque
hay que considerar que el robot debe ser usado dentro de
una insꢀtución para muchas más cosas que para el tratamien-
to transoral ya que, si no, no sería rentable. Y la úlꢀma pre-
gunta, que ya la contestó, era el lugar de entrenamiento que
habían tenido, y qué ꢀempo de entrenamiento necesitaron
para poder hacer esto con confianza. uchas gracias.
Eduardo Busto: Gracias por la pregunta. El ꢀempo operatorio
es algo que se mide en nuestra insꢀtución. Existe el chequeo
que realiza el anestesiólogo y queda registrado en la histo-
ria clínica electrónica. Esto nos permite conocer con exacꢀ-
tud cuándo el paciente ingresa, cuándo empieza la aneste-
sia, cuándo empieza la cirugía, cuándo termina la cirugía, la
anestesia, y el paciente se va. Es muy interesante ver cómo,
cuando se inicia la curva de aprendizaje, lo que más cuesta es
posicionar el robot en el siꢀo del paciente, o sea que llegue
justo, que los brazos estén en el siꢀo adecuado. En la primera
paciente a quien se le realizó una amigdalectomía por hiper-
trofia benigna, la cirugía demoró 6 horas. El mismo día para
la segunda cirugía, exactamente el mismo procedimiento, se
realizó en 3 horas, o sea, que el solo hecho de agilizar la co-
locación del robot al lado del paciente disminuyó el ꢀempo
quirúrgico. A medida que va aumentando el número de pa-
cientes, el ꢀempo de cirugía va disminuyendo.
La mayoría de los metanálisis establecen que todos los be-
neficios de la cirugía robóꢀca quedan anulados cuando el
paciente ꢀene margen posiꢀvo y debe ser tratado con algún
otro método no quirúrgico.
El margen posiꢀvo en TORS es del 16,7%, que pareciera una
incidencia alta, pero bastante menor que las publicadas en
los metanálisis con cirugía no robóꢀca, en los que Lee y col.
comunican un 30% de márgenes posiꢀvos y �evallos y col., en
Estados Unidos, un 28,3%. O sea, que con TORS se está obte-
Con respecto al entrenamiento, todavía es un tema que está
en discusión en muchos países. ¿Quién debe regular el entre-
namiento del cirujano? Nosotros creemos que ꢀene que ha-
ber una autoridad nacional que, junto a la Sociedad de la es-
pecialidad correspondiente, aconseje y regule cómo se hace
ese entrenamiento. Cuando aparece una tecnología nueva, y