L Ferrnández Gómez-Cruzado y col. Prolapso rectal incarcerado secundario. Rev Argent Cirug 2019;111(3)180-183
181
La paciente evolucionó favorablemente y fue dada de estudio histológico de la lesión. En cuanto a su manejo,
alta al segundo día posoperatorio. La anatomía patoló- este consiste en la resección endoscópica de los adeno-
gica de la pieza quirúrgica objeꢀvó un adenoma velloso mas, pudiendo ser necesaria la resección quirúrgica en
con extensas áreas de ulceración y focos superficiales de aquellos casos de adenomas malignizados en los que la
displasia de alto grado, con ausencia de infiltración de la resección es incompleta, el margen de resección está
submucosa. Durante el seguimiento permaneció asinto- afectado o las lesiones sean pobremente diferenciadas.
máꢀca, sin presentar nuevo episodio de prolapso rectal En tales situaciones estaría indicada la resección quirúr-
3
ni rectorragia. Se realizó una colonoscopia al segundo gica con criterios oncológicos .
mes posoperatorio que objeꢀvó hasta 8 pólipos de me-
La resección quirúrgica de los adenomas recta-
nos de 5 mm en colon derecho que fueron resecados. les puede realizarse vía endoanal, ya sea de forma con-
(1)
Los adenomas vellosos consꢀtuyen un 5-15% vencional o con microcirugía endoscópica transanal
de los adenomas de colon. Se trata de lesiones prema- El prolapso rectal, por otro lado, consiste en la
.
lignas que afectan principalmente a pacientes a parꢀr protrusión de la pared completa del recto a través del
(2)
de los 50 años. Aquellos de > 1 cm, con estructura ve- ano . Es más frecuente en mujeres de edad avanzada
llosa o displasia severa o ambas condiciones presentan con antecedentes de estreñimiento crónico e hipotonía
3
4
muscular pélvica . Suele presentarse como prolapso
mayor capacidad de malignización .
En cuanto a la clínica, suelen ser asintomá- asociado a ensuciamiento mucoso, inconꢀnencia y/o
ꢀ
cosy pueden presentarse como sangrado, diarrea, estreñimiento. Sin embargo, su aparición como prolap-
2
alteraciones hidroelectrolíꢀcas (síndrome Mackiꢁrick- so rectal incarcerado es muy infrecuente .
Weelock), obstrucción intesꢀnal y, muy infrecuente-
Algunos autores han observado un aumento
mente, condicionando un prolapso rectal. Su diag- en la incidencia de cáncer de recto en pacientes con
nósꢀco definiꢀvo se realiza mediante colonoscopia y prolapsos rectales crónicos, probablemente secunda-
ria a alteraciones en el ritmo intesꢀnal, estreñimiento
(
4)
■
FIGURA 1
e irritación crónica . Otros, sin embargo, consideran
que el prolapso rectal puede ser atribuido a un estre-
ñimiento crónico exacerbado por un cáncer colorrectal
y, por lo tanto, el prolapso rectal se podría considerar
5
como un síntoma de la neoplasia colorrectal .
En cuanto al tratamiento del prolapso rectal in-
carcerado, este consiste habitualmente en su reducción
(2)
manual . Cuando esto no es posible, la rectosigmoi-
dectomía vía perineal o procedimiento de Altemeier
4
es una opción quirúrgica válida , más aún en casos de
pacientes mayores con un prolapso rectal asociado a
una lesión polipoidea rectal. Como alternaꢀva a este
procedimiento y asumiendo que el desencadenante
del prolapso es el adenoma velloso, se puede realizar
su resección transanal, que permite la resección com-
pleta de grandes lesiones, y la posterior reducción del
Prolapso rectal incarcerado con una gran masa ulcerada, friable,
compaꢀble con un pólipo velloso pediculado en la cara posterior del
recto
1
prolapso rectal .
Este caso presenta un interés especial por la
infrecuente asociación entre un prolapso rectal incar-
cerado y un pólipo velloso gigante, habiendo sido des-
criptos solo 4 casos en la literatura. En dos de ellos,
la técnica quirúrgica de elección fue la rectosigmoidec-
■
FIGURA 2
2
, 3
tomía vía perineal o procedimiento de Altemeier ; la
1
amputación abdómino-perineal y la resección transa-
6
nal del pólipo y posterior reducción del prolapso , en
los otros dos ejemplos publicados.
En el caso de nuestra paciente, al igual que en
el caso descripto por Kissin y col., la resección transa-
nal de la lesión polipoidea permiꢀó la posterior reduc-
ción manual del prolapso rectal, no siendo necesario
recurrir a la aplicación de otras técnicas como la recto-
sigmoidectomía vía perineal o procedimiento de Alte-
meir, o una amputación abdómino-perineal.
1
. Galanis IN, Dragoumis DM, Christopoulos PN, Galanis NN, Atma-
tzidis KS. Giant villous adenoma and McKiꢁrick–Wheelock syn-
drome in an incarcerated rectal prolapse. Colorectal Dis. 2010;
Pieza quirúrgica: adenoma velloso de 10 × 8 × 5 cm